Sea cual sea la película de John Ford que se vea nunca defrauda, principalmente porque siempre transmite un mensaje profundo, un mensaje que nos hace meditar y, un mensaje imperecedero. Con este film ocurre tal cosa. Un pueblo minero fotografiado a la perfección, unos personajes llenos de vida -véase el joven Hugh-, una bella historia de amor y sobre todo una trama en torno a los sindicatos que emergían en el sector minero que cautiva de principio a fin. La cinta no contiene ni un minuto aburrido o de relleno, todo está medido a la perfección: diálogos, secuencias, planos, etc. En definitiva una película que les dejará huella.
Un saludo a todos.
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