Quizás sea por la estética de la fotografía, o por la música acertadamente enlazada con cada gesto y paisaje, quizás sea la inconmensurable actuación de Grant y Kerr o simplemente que la historia hipnotiza por su belleza y crueldad a la vez. Si alguien está dispuesto a reconocer que puede enamorarse disfrutará con esta película que, desde la entrada en escena de sus protagonistas hasta los créditos finales, nos plantea que complejas, maravillosas y estremecedoramente reales pueden llegar a ser las relaciones humanas. No se la pierdan.
Un saludo a todos y todas.
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